miércoles, 3 de noviembre de 2010

Odio a mi abuela y no me da pena decirlo

Abuelita Edilma, no es con sumercé, así que no se me asuste. 

Sé que mi otra abuela, la odiada, no va a leer esto nunca en la vida pues su inteligencia le funciona a las mil maravillas para crear juegos de palabras ofensivos a la n potencia, pero ya a estas alturas no le da para aprender a entrar a internet, mucho menos para entrar a internet a leer todas las cosas que escribe una de las tantas vagabundas con que cuenta dentro de su descendencia.

Se preguntan ¿por qué la odio?, si generalmente las mamás son dulces y como abuelitas deben ser mucho más dulces que como madres... pues la respuesta es que mi abuela es la excepción a toda regla.

Cruela de Vil al lado de mi abuela es una santa... es más, yo pensaría que se inspiraron en mi abuela para crear ese personaje macabro, pero tuvieron que llevarlo a un nivel no tan extremo teniendo en cuenta que 101 Dálmatas era una película para niños, no una película de terror.

Mi abuela es la suma de todos los males de la humanidad hechos carne y hueso.  Ella es la personificación del odio, del fanatismo religioso y radical, de cualquier forma de prejuicio, de la doble moral, de la discriminación y la exclusión social, de la falsedad, la mentira y el engaño, del chisme y la fisgonería.  Es un maldito parásito, un vampiro psiquico y una máquina perfecta para generar ofensas verbales combinadas con miradas despectivas y muecas desagradables.

¿Ya se la imaginó?  Mi abuela vendría siendo el equivalente a la bruja del cuento de Blancanieves o de Hansel y Gretel , solo que a diferencia de esas brujas que hacen pactos con el demonio y tienen una caldera inmensa con quien sabe que cantidad de porquerias hirviendo en ella, mi abuela tiene un rasgo característico y peculiar que la hace totalmente diferente: una Biblia y una cita de se libro que encaja perfectamente en cada situación y que ella de memoria puede recitar.

Sí, mi abuela es testigo de Jehová y eso es lo peor que le ha pasado a mi familia.  Es peor que sea ella testigo de Jehová a que yo sea atea y alguna vez haya pensado en unirme a la iglesia satánica de Anton LaVey.

Claro, y como ella es testigo de Jehová, todas nosotras, es decir, su descendencia, somos una parranda de vagabundas, fornicadoras, pecadoras, mundanas (me da tanta risa esa palabra) que no tenemos derecho a que ella nos dirija la palabra, pues ella es un ser superior de valores intachables, pero que cuando se trata de que le hagamos favores o le ayudemos a cubrir sus necesidades básicas, podemos tener el privilegio de recibir sus comentarios u ofensas (según sea el caso) y de contribuir económicamente a la supervivencia de un ser tocado por Dios y en consecuencia especial.

Ella es capaz de tratar a su hija mayor (mi madre) como una basura porque fue "expulsada" de la congregación por uno de los "ancianos" que no tenemos a bien saber si es o no mafioso, si es adultero, si abusa de sus hijas o hijos, si trata a su esposa de buena o mala manera y que decidió expulsar a mi mamá de esa congregación de hipócritas por haberse divorciado de mi papá y decidir no aguantar más humillaciones de su parte.

Por lo tanto, dada la situación, he decidido enterrar en vida a mi abuela (no literalmente, aunque ganas no me faltan) pues no hay forma de razonar con ella y hacerle entender que lo que está haciendo es más retrógrado que cualquier cosa y que por personas como ella es que el mundo está tan vuelto mierda, así que decidí que de ahora en más, ignoraré por completo su existencia y trataré de hacer de la vida de mi madre algo tan agradable como sea posible dentro de mi alcance.

Abuelita: Lamento comunicarte que a la vagabunda que escribe este post, no la verás casar y tampoco irás a su fiesta a criticar, lástima que hubieras fallecido antes de la fecha de mi boda.

PD: Por si no lo notaron, la última parte fue sarcasmo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si desea opinar al respecto, sacarme la madre por lo escrito y demás... bien pueda...